El director argentino se pondrá por tercera vez al frente de la Orquesta Filarmónica de Viena en el popularísimo Concierto de Año Nuevo
El movimiento de traslación de la Tierra es de forma elíptica y marca la repetición cíclica de acontecimientos como el Concierto de Año nuevo de la Filarmónica de Viena. Daniel Barenboim, que se encarga este año de la dirección, repite también de forma elíptica sus declaraciones sobre la preocupación que le produce la evaporación de la educación musical en Europa. «El mundo está olvidando la importancia de la música, no hay educación para los niños en los colegios», ha reiterado este año, sin ocultar su pesadumbre por el futuro de un continente en el que las nuevas generaciones centroeuropeas no saben leer una partitura. «Hay que recordar al mundo que la música es una de las actividades más importantes», ha dicho a periodistas en Viena, a los que ha confesado que espera «inspirar» a los políticos para que despierten a «la importancia de la necesidad espiritual de la música para la población… no solo a causa del coronavirus, sino en general».
Fuente: ABC
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